(Ver arquitectura)
CARACTERÍSTICAS GENERALES
La factura: se usan gruesos empastes. La pincelada varía según los autores, e incluso evoluciona en la obra de un mismo artista, pero tiende a ser suelta y abierta.
La línea pierde importancia en la delimitación de los contornos. Se abandona el dibujismo renacentista y, en su lugar se utiliza una línea subjetiva, vibrante y sin continuidad.
La forma de expresión del barroco es el naturalismo. Se pinta cuanto se ve, lo feo y lo bonito, lo agradable y lo molesto.
El modelado, que se trabaja con los juegos de luz/sombra, muestra tendencia a contrastes violentos muy teatrales (claroscurismo o tenebrismo).
Las grandes conquistas del barroco son: la luz, el movimiento y el colorido.
La representación del espacio tiene aportaciones propias. Destaca el interés por la perspectiva aérea, conseguida con luz y color y la utilización de una línea del horizonte baja que potencia los elementos.
Los temas que tratan son:
Religiosos: es un arte propagandístico por lo que ha de ser visualizado por el mayor número posible de fieles.
Mitológicos: se coloca en las paredes de los palacios, a veces de manera individualizada –el cuadro-, a veces con una decoración integrada –el fresco-.
Retratos: es simultáneamente físico y psíquico. Los burgueses quisieron adornar sus instituciones y casa; por ello los grandes retratos de grupo presidieron Ayuntamientos, Cofradías y Hermandades.
Bodegones: es la gran época de este género.
Paisaje: el pintor abandona el taller para buscar temas en la misma naturaleza. Se constituye el paisaje puro, sin figuras, y también el paisaje marino y urbano.
La composición es dinámica, de formas abiertas, profundas y asimétricas. Dentro de la asimetría, la composición diagonal ocupa un lugar predominante así como el predominio de la curva, la espiral y los ritmo sigmoidales. No faltan las figuras colocadas de espalda en primer término. Los escorzos a veces se expresan con violencia.
Italia está a la cabeza de las novedades pictóricas. Comprende el siglo XVII y la 1ª mitad del siglo XVIII.
Al finalizar el siglo XVI Italia conoce la obra de dos artistas que van a imprimir carácter a la pintura europea de la primera mitad del siglo XVII:
1. Por un lado una corriente naturalista o realista, encabezada por Caravaggio, que plasma las cosas con absoluta fidelidad y,
MIGUEL ÁNGEL MERISI “CARAVAGGIO” (1571-1610)
Es el padre del naturalismo. Sus obras fueron una auténtica revolución.
Usa el claroscuro para dar expresión a los sentimientos y la austeridad que rechaza elementos superfluos.
Introduce tipos de la calle en sus cuadros, pero es un pintor de exquisiteces. Sus superficies son aristocráticas y realiza bodegones de infinita poesía.
Trata los temas religiosos de modo desacralizado, como si fueran escenas de la vida cotidiana.
Podemos distinguir varios periodos en la vida del pintor:
A) El primero dura hasta 1597 aproximadamente.
A este periodo corresponden sus lienzos “Baco”, “El muchacho del cesto de frutas”, “Magdalena”, “El sacrificio de Abraham” y el de “San Juan Bautista”, entre otros.
Las figuras aparecen cortadas por una mesa o por el marco del cuadro.
No se interesa por el problema del espacio; a sus cuadros les da un fondo neutro. No toma parte la arquitectura y no hay preocupación por la perspectiva. El cuadro carece de límites a lo ancho y a lo alto.
B) Fase de madurez, desde 1597 hasta su marcha de Roma.
Realiza sus cuadros más populares. Aumentan de tamaño. Se acentúa la intensidad plástica por efecto de la luz de ‘claraboya’.
El tenebrismo adquiere su plena configuración. Sitúa un único foco luminoso fuera del lienzo. Con ello concentra el interés en manos y caras. Hay un aire de misterio. El color queda subordinado a la luz, y está impregnado de sombras. El claroscuro es el verdadero armazón del cuadro.
En estas obras los personajes santos proceden de la misma calle. Ello desencadena las protestas de las autoridades eclesiásticas y muchos cuadros del artista son rechazados.
Vocación de San Mateo (Capilla Contarelli. San Luis de los Franceses. Roma)
Caravaggio ha desarrollado el pasaje bíblico en una escena de interior, en un cuarto lóbrego sitúa a San Mateo y sus cuatro compañeros, sentados en torno a una mesa vestidos a la usanza de la época, y a Cristo y un apóstol –San Pedro?-, de pie ambos, a la derecha del grupo. El Señor extiende su brazo y señala con el dedo índice al elegido que parece preguntar “¿es a mí?”.
La luz –derecha del espectador- no emana de la figura del Mesías sino de una fuente invisible. Se trata de una luz ambarina y dorada, absolutamente irreal, que se convierte en el centro de atención de la obra. Simboliza la irrupción de lo sagrado en la esfera terrenal.
La diagonal marcada, proyectada sobre toda la pared del fondo, refuerza la corriente psicológica que parte de la mano de Cristo.
La cena de Emaús (Nacional Gallery. London)
Eligió el momento en que estando sentados con este forastero para cenar se dieron cuenta de que efectivamente era Cristo resucitado. Los discípulos reaccionan con una sorpresa repentina.
El frutero, de un gran realismo, está colocado en el borde de la mesa y puede caerse de un momento a otro. Algunas frutas se han abierto de tan maduras y una manzana tiene manchas negras.
La fuerte luz resalta las figuras contra la oscura pared del fondo y concentra la atención en la escena del reconocimiento de los dos discípulos.
La muerte de la Virgen (Museo del Louvre. París)
La Virgen acaba de morir –yace en un sencillo banco de madera-; Magdalena está llorando junto a ella y los apóstoles inclinan sus cabezas mostrando abiertamente su dolor y respeto.
Juega abiertamente con el claroscuro. El rayo de luz, símbolo de la gracia divina, se convierte en el verdadero estructurador del cuadro, cruza la escena creando una diagonal e ilumina las cabezas inclinadas por el dolor mientras mantiene los cuerpos en la penumbra.
ESCUELA DE BOLONIA
ANNIBALE CARRACI (1560-1609)
Fundó junto a su hermano Agostino y su primo Ludovico la primera Academia de Bellas Artes dedicada a la pintura. La nobleza y la intelectualidad que convivían en Bolonia (ciudad universitaria) consideraban vulgar el naturalismo a lo Caravaggio.
En la Academia los Carraci reemplazan el viejo sistema del maestro que enseña en su taller al aprendiz por una institución donde, además de las enseñanzas técnicas, se dan clases de anatomía y de historia de la pintura.
Obras más representativas:
Techo de la Galería Farnese (Palacio Farnese, Roma)
La obra tiene un claro sentido alegórico referido al poder omnipotente del amor al que sucumbieron también los dioses de la Antigüedad. Simboliza los diferentes tipos de amor neoplatónico.
La concepción de las figuras nos traslada a la tradición renacentista:
o El predominio del dibujo.
o El tratamiento moderado de las luces.
o La fortaleza física miguelangelesca.
Venus, Adonis y Cupido (Museo del Prado, Madrid)
Tema mitológico con presencia de desnudos. Tratado anteriormente por Tiziano y Veronés representa una de las historias más sugerentes de la mitología clásica: la historia de los trágicos amores de Venus y Adonis.
Destaca el contraste entre luces y sombras, la composición diagonal y las suaves carnaciones del cuerpo de la diosa.
GUIDO RENI (1575-1642)
Discípulo de los Carraci, estuvo al frente de la Escuela Boloñesa durante mucho tiempo –segunda generación-.
Pintor de gran calidad técnica, Tiene obras como la “Judith” de la Galería Spada, en Roma, donde acredita su relación con el tenebrismo.
Entre sus obras:
Hipomenes y Atalanta (Museo del Prado, Madrid)
El tema representado es el de la legendaria carrera relatada por Ovidio (Metamorfosis, X) en el que Hipomenes vence en la carrera a la veloz e imbatible Atalanta. Esta historia es un relato hecho por Venus a Adonis en uno de sus paseos.