domingo, 15 de febrero de 2009

PINTURA RENACENTISTA EN ITALIA

LOCALIZACIÓN ESPACIO-TEMPORAL
(ver arquitectura)


CARACTERÍSTICAS GENERALES
Las raíces de la pintura renacentista deben buscarse en el arte de GIOTTO, el gran maestro del Trecento.
Las técnicas son variadas, pues se hace tanto pintura mural al fresco, como pintura de caballete, en principio sobre madera y después sobre lienzo, con temple de huevo hasta mediados del siglo XV. Importada de los Países Bajos, en la segunda mitad del siglo XV; se emplea la pintura al óleo.
La factura y textura presentan gran variedad, según autores y etapas.
La línea como contorno tiene gran importancia entre los pintores quattrocentistas. En el siglo XVI, y en especial en Venecia
, pierde interés frente a la luz y el color.
La luz es diáfana y repartida de forma homogénea en la obra –luz normalmente cenital-.
Descubrimiento de la perspectiva
. En un primer momento será geométrica o lineal, más tarde llegará la perspectiva aérea.
Desde fines del siglo XV y como consecuencia del dominio de la perspectiva, se utilizarán los escorzos para conseguir los efectos de volumen y profundidad.
La composición se organiza de acuerdo con esquemas geométricos elementales: círculo, pentágono, triángulo, donde inscriben las formas. En el Quattrocento y Cinquecento se prefiere la simetría y compensación de grupos, pero el Manierismo se inclinará por composiciones más inestables y asimétricas.
La forma de expresión es figurativa, naturalista e idealizada. Conceden gran importancia a la belleza, a menudo los cuerpos aparecen desnudos, lo que permite al artista mostrar sus conocimientos en la representación de la anatomía.
Se introducen la Naturaleza y la arquitectura dentro del cuadro como fondo en el que se desarrollan las escenas que se representan.
Los temas pictóricos cambian mucho con respecto a la Edad Media:
La iconografía religiosa sigue siendo protagonista pero también se desarolla una temática profana: por primera vez se hacen verdaderos retratos (individuales y colectivos). El paisaje llega a convertirse a finales del siglo XV en tema principal. También tratan temas alegóricos, mitológicos, históricos, etc.

EVOLUCIÓN Y PINTORES MÁS SIGNIFICATIVOS: PINTORES DEL QUATTROCENTO ITALIANO.

FRA ANGÉLICO (1387-1455)
Representa el enlace con el gótico internacional: amor a lo curvilíneo, al colorismo preciosista, a los dorados, para lo que se inspira en la miniatura. Sin embargo su sentido del volumen es típicamente quattrocentista.
"La Anunciación" (Museo del Prado. Madrid)
Obra formada por la tabla y una predela con cinco tablillas.
Utiliza una gama de colores delicados, en la que predominan rosas y azules. Sigue empleando los dorados y las formas curvilíneas, pervivencia del gótico.
Hay zonas de exquisita precisión miniaturista, como el paisaje de Adán y Eva (las flores y arbustos indican el interés por el estudio de la naturaleza de los artistas del Renacimiento italiano).

MASSACCIO (1401-1428)
Muestra gran preocupación por el volumen de las figuras. Iniciador de la perspectiva pictórica.
"El Tributo de la Moneda" (Capilla Brancacci. Florencia)
Conserva la tradición medieval de representar al mismo tiempo las distintas escenas de un mismo hecho.
Las escenas se coordinan entre sí (escena de la derecha con la principal) a través de la perspectiva lineal logrado por las arquitecturas que enmarcan la escena.

"La Trinidad" (Iglesia de Santa María Novella. Florencia)
Representa la Trinidad entre adoradores, dentro de un espacio arquitectónico –bóveda de cañón en perspectiva dividida en casetones cuadrados-. En ella muestra a la Virgen María y a San Juan contemplando a Cristo crucificado, sujetado por Dios padre entronizado bajo la citada bóveda.
A los lados se hallan los donantes, de perfil arrodillados delante de unas pilastras fingidas.
PAOLO UCELLO (1396-1475)
Pinta fundamentalmente batallas (construye el espacio a través de líneas horizontales, verticales y diagonales en profundidad). Característicos sus violentos escorzos y las lanzas que contribuyen a dar ilusión de penetración en el cuadro.

"La batalla de San Romano" (National Gallery. Londres)
En todo el cuadro podemos hallar testimonios del interés que se tomó Ucello por la perspectiva: las lanzas quebradas que yacen en la tierra están colocadas de modo que apunten hacia su común “punto de fuga”.
Todo el cuadro está en función de un contrastado colorido. La línea del horizonte está situada mucho más alta de lo que consideramos como natural.

SANDRO BOTICELLI (1444-1510)
Pintor de sensibilidad exquisita, no le preocuparon las conquistas técnicas, dejándose llevar solamente por la inspiración.
Su pintura es delicada, sutil de líneas definidas, de luces diáfanas.
"La alegoría de la Primavera" (Galería Uffizi. Florencia)
Los elementos plásticos fundamentales del cuadro son la línea y el color.
Dibuja los contornos de las figuras y de los árboles de manera precisa, no rígida. Predominan las líneas onduladas –sólo en las líneas de los árboles utiliza la recta-.
La luz blanquecina y homogénea.
"El nacimiento de Venus" (Galería Uffizi. Florencia)
Tema mitológico.
La figura de Venus fue modelada según una escultura griega propiedad de los Médicis. Sentido del movimiento.
Prevalece la línea que marca el ritmo de la composición. Ésta vuelve al esquema triangular. La luz cenital. El color de tonos alegres, predomina el ámbito verde-azulado.


PERUGINO (1448-1523)
Se caracteriza por las formas suaves y redondeadas. Su obra influye en Rafael.
La influencia sobre Rafael es tal que la composición de “La entrega de las llaves” es realmente parecida a la obra de Rafael “Los desposorios de la Virgen”.


ANDREA MANTEGNA (1431-1506)
Dibujante maravilloso, se distingue por la energía escultórica con que construye las figuras, las superficies parecen cinceladas más que pintadas.
El plegado minucioso de los paños (telas duras) le obliga a descuidar el color, que generalmente es seco y quemado. Es también colorista a lo veneciano cuando pinta los cielos.
"Cristo muerto" (Pinacoteca Brera. Milán)
Imagen de Cristo yacente presentado a través de un punto de vista bajo, con ello gana grandiosidad. Es la plasmación del escorzo.
Espléndido estudio de anatomía. El volumen queda definido por la línea.
"El tránsito de la Virgen" (Museo del Prado. Madrid)
El pintor, admirador ferviente del mundo clásico, ha dispuesto la escena en un espacio construido por arquitecturas de proporciones y formas romanas, y los personajes, vestidos también con túnicas y mantos que recuerdan el mundo antiguo. La acción transcurre, no en Jerusalén sino en el Palacio Ducal de Mantua; así al fondo se perciben los lagos que rodeaban a estos edificios palaciegos.
La perspectiva está lograda por el pavimento cuadrangular y la proyección del paisaje que se observa por la gran ventana.

PINTORES DE CINQUECENTO ITALIANO: El clasicismo renacentista.
Se denomina “Clasicismo renacentista” al periodo culminante del estilo que se desarrolla a finales del siglo XV y las primeras décadas del XVI. Los principales artistas del periodo tienen en común que su obra supera las conquistas realizadas por la pintura del Quattrocento.
Durante este periodo las máximas figuras se trasladan de Florencia a Roma, donde los papas se convierten en los mecenas que financian obras de envergadura.
Se rinde culto a la belleza.
Es la época del gran desnudo femenino.
El movimiento sigue siendo una obsesión, el escorzo sigue interesando, especialmente en la figura en movimiento.

LEONARDO DA VINCI (1452-1519)
Se forma en el taller de Verrocchio. Constituye el gran arquetipo del hombre renacentista, con su pasión por las más diversas formas del saber (investigador, hombre de ciencia, pintor, escultor, ingeniero).
Su estilo pictórico se caracteriza por:
Gran preocupación por el estudio de luz y sombra (claroscuro).
Creó la técnica del sfumato (una superficie suavemente aterciopelada, que funde las figuras y ambiente, como si una gasa cubriese el cuadro). Abandona los contornos precisos del Quattrocento.
Propone la perspectiva aérea, que tiene en cuenta la existencia del aire entre los objetos y el observador.
Sus composiciones son reposadas, generalmente responden al esquema triangular o piramidal.
Estudia la figura humana tanto desde el punto de vista anatómico como psicológico.
Gran interés por el paisaje.
Entre todas sus obras podemos destacar:

"Virgen de las Rocas" (National Gallery)
Es una composición piramidal: La Virgen domina el centro del cuadro. Su posición se refuerza por el macizo rocoso principal que señala el centro y la profundidad de la composición. El ángel a su izquierda y San Juan a su derecha ensanchan la pirámide.
La perspectiva es aérea y menguante. Típico sfumato.
"La última Cena" (Convento de Santa María delle Grazie. Milán)
Pintura mural (4,60 m de alto x 8,80 m de ancho)que cubre una de las paredes del refectorio del citado Convento.
Técnica mixta (mezcla de temple y óleo) sobre pared, preparada como fresco (durante mucho tiempo así se creyó). Composición: disposición simétrica de las figuras. Equilibrio: sitúa dos grupos cerrados de tres apóstoles a cada lado de Jesús cuya figura aislada se marca en una forma triangular, concentrando sobre si todas las miradas.
Perspectiva: lineal.

"La Gioconda" (Museo del Louvre. París)
Típico retrato renacentista, de busto prolongado en los brazos que se apoyan en un sillón; equilibrado en la composición, mesurado en los gestos.
Utiliza la técnica del sfumato (tratamiento leonardesco de la luz) y la perspectiva aérea.
El cuadro no carece de movimiento. Leonardo representa la figura de tres cuartos. Sienta a su modelo de perfil, presenta el torso medio girado y el rostro casi frontalmente. A eso se añade el movimiento de los brazos. El fondo lo constituye un paisaje singular: laberintos montañosos fantásticos y recortados, entre ellos lagos y ríos. Son diferentes los fondos de la derecha y la izquierda del modelo (la línea del horizonte no coincide).

RAFAEL SANZIO (1483-1520)
Se formó en los talleres de Perugino (de él aprende la ordenación simétrica de las composiciones y la ordenación de un espacio racionalizado). Se le ha considerado el mejor ejemplo del equilibrio clásico del Cinquecento.
Demostró su maestría del dibujo perfecto y de la composición armónica. También fue admirado por la belleza de sus figuras y la suavidad de movimientos.
"Los desposorios de la Virgen" (Pinacoteca Brera. Milán)
Rafael representa el momento de la ceremonia matrimonial. Tres personajes componen la escena principal: el sumo sacerdote, en el centro, María y José. Éste sujeta la vara florida e introduce el anillo en el dedo de María ante el sacerdote que los bendice.
El esquema compositivo es igual que en las obras de Perugino: el templo al fondo, los personajes bíblicos y el paisaje.

"La Madonna del Gran Duque" (Palacio Pitti. Florencia)
La virgen está tomada en semifigura, con la cabeza medio inclinada. En línea vertical, de pie y el Niño sentado sobre su mano, en postura rectangular y quebrada.
Obra de gran sencillez como todas las realizadas por el pintor sobre el mismo tema.
"La Madonna del Jilguero" (Galería Uffizi. Florencia)
El esquema compositivo recuerda las Vírgenes de Leonardo. Así las figuras se enmarcan en una disposición triangular, sobre cuyo eje se encuentra la figura de María. A su vez se encuadra en una serie de líneas verticales y horizontales, marcadas por los arbolillos que las flanquean y la propia línea del terreno.
"La Escuela de Atenas" (Estancia de la Signatura. Vaticano)
Amplio interior arquitectónico y más de cuarenta personajes en diversas actitudes.
El tema es la Verdad racional, que es representada a través de personajes históricos.
La factura se caracteriza por una pincelada de textura homogénea; el color está manejado con destreza, predominan los colores cálidos y hay gran riqueza de tonalidades y matices bien armonizados.
La luz es clara y ambiental. Procede de la parte alta (zona de la cúpula) y del fondo a cielo abierto, e incide de forma homogénea y realista sobre la escena.
"El Cardenal" (Museo del Prado. Madrid)
Retrato típicamente renacentista: Imagen de busto, pose elegante.
La composición es triangular. El fondo negro realza el color rojo del capelo cardenalicio, así como la personalidad del retratado.
Su mayor aportación es su profundidad psicológica. El rostro enjuto, la nariz prominente, los labios finos, el aire reflexivo y reservado, nos muestran la personalidad de este cardenal.


MIGUEL ÁNGEL BUONARROTI (1475-1564)
Como pintor sus obras tienen mucho de escultura. Hay en ellas un predominio absoluto del dibujo y cierto desinterés por el color (asunto que se ha puesto en duda tras la restauración de los frescos de la Capilla Sixtina).
Muestra gran preocupación por el movimiento, presenta figuras poderosas, de enormes proporciones.

Tondo Doni (La Sagrada Familia) Galería Uffizi. Florencia
Relaciona el tema religioso (Virgen, San José y Niño Jesús) con el pagano (desnudos situados detrás del muro).
Contornos precisos, los de las partes desnudas están dibujados en rojo. El color está formado por tonos fríos y claros, sin apenas sombras. Los colores cambian a la luz: el rosa tira a amarillo pálido, el azul a blanco, el verde a amarillo dorado y el amarillo a naranja. Las montañas del fondo y el cielo son azul pálido. En esta gama se inspirarían Pontormo y Bronzino.
La composición en espiral (movimiento serpenteado de las figuras). Dominio en el uso del claroscuro.

Frescos de la Bóveda de la Capilla Sixtina (Vaticano)
Esta Capilla ya contaba con una decoración en sus paredes laterales, en las que se narraban dos ciclos religiosos: la Historia desde Moisés hasta Cristo y la Historia a partir de Cristo. Entiende Miguel Ángel que faltaba para completar el ciclo narrativo, la Historia desde la Creación a la vida de Moisés. Este es el tema que va a desarrollar en cada uno de los tramos de las bóvedas y en los lunetos de la Capilla Sixtina.
Los realizó entre 1508 y 1512 sobre una superficie de 10.000 pies cuadrados. Reúne un conjunto de casi 350 figuras de tamaño mayor que el natural. Para realizar esta obra se sirve de ayudantes.
Fingió una arquitectura de arcos, pilastras y medallones, para no mezclar las escenas y para juntar la arquitectura y la pintura. Realiza una arquitectura fingida.
En el tramo central de la bóveda dispuso diversas escenas del GÉNESIS: El Sacrificio de Noé, La embriaguez de Noé, El Diluvio, El pecado original, La creación de Eva, La Creación de Adán, Dios sobre las aguas, Creación de los astros, el sol y la luna, La separación de la luz y las tinieblas, etc. apenas aparece el paisaje.
Coloca figuras de desnudos (ignudi) delante de los arcos.
Mucho más tarde (1534-1541) pintó en la pared del altar EL JUICIO FINAL. Recibe el encargo del Papa Pablo III en 1.533. Esta obra revoluciona la iconografía de este tema; tradicionalmente se había representado dividido en planos superpuestos con Cristo en el centro sentado en el trono.
Miguel Ángel pinta un espacio único, donde una masa de seres humanos angustiados de grandes dimensiones se apelotonan, caen, suben con dificultada hacia lo alto teniendo como eje a Cristo Juez, sentado junto a la Virgen. A la izquierda se sitúan los condenados y a la derecha los bienaventurados. El miedo puede ser el denominador común de todos los representados.
El pintor plasma una visión dantesca del fin de la humanidad donde destaca la monumentalidad y la fuerza expresiva de las figuras.