(ver Arquitectura)
CARACTERÍSTICAS GENERALES
Trabajan tanto el relieve como el bulto redondo. Materiales: mármol y bronce principalmente. Las figuras aparecían policromadas con suaves colores. La técnica más apreciada era la criselefantina (oro y marfil) reservada a la divinidad.
Consiguen dominar el volumen escultórico, los griegos aportan la idea de que la escultura requiere diferentes puntos de vista.
Las composiciones varían con el tiempo, pasando de una escultura estática y reposada, de esquemas cerrados, a una escultura con movimiento (contraposto, utilización de diagonales...).
La expresión es figurativa. El hombre es el eje de este arte (antropocentrismo). Gran interés por la belleza formal, basada en la armonía y la propoción.
La función es en general religiosa pero existe tamibén una escultura conmemorativa y funeraria (estelas, lápidas).
EVOLUCIÓN Y ETAPAS. EJEMPLOS MÁS REPRESENTATIVOS
PERIODO ARCAICO (VII-VI a. C.)
Durante esta etapa nace la estatuaria ajustada a la ley de la frontalidad, el hieratismo, estatismo, ojos almendrados y rasgos anatómicos reducidos a esquemas. Se adoptan unos tipos: KUROI Y KORAI. Se trabajan en piedra caliza y mármol.
Los primeros son estatuas votivas de los atletas triunfadores en los juegos. Están totalmente desnudos con los labios cerrados, larga cabellera dispuesta radialmente y terminada en rizos sobre la frente.
Ellas aparecen vestidas, envueltas en una larga túnica sobre la que llevan un chal. Los pliegues son muy rígidos. Suelen tener una mano libre y la otra se la llevan a la cadera. La mejor conservada es La dama de Auxerre (Museo del Louvre) elaborada en piedra caliza, tiene el rostro alargado, gruesas trenzas. Viste un peplo que lleva una decoración geométrica. Sonrisa arcaica.
Durante este periodo las esculturas tienen influencia clara de Egipto.
PERIODO DE TRANSICIÓN (finales del siglo VI-V a.C.)
Mejora la técnica, se crean nuevos tipos, se empieza a abandonar la rigidez. De este periodo destaca El auriga de Delfos, realizado en bronce. Viste con el chitón de los corredores. Su cabeza anticipa la del "Discóbolo". Compositivamente mantiene una cierta rigidez pero la cabeza ligeramente ladeada y el brazo proyectado hacia delante, rompen con la simetría tradicional.
El moscóforo. Bulto redondo realizado en mármol. Antecedente remoto del Buen Pastor. Sigue un esquema muy rígido y cerrado. Ojos almendrados y gruesos labios que esbozan una sonrisa.
PERIODO CLÁSICO (V-IV a. C.)
Se llega a la perfección en la representación de la belleza: armonía, serenidad, equilibrio. Los temas más representados pertenecen a la mitología, el gran centro productor es Atenas. La mayor parte de las obras que nos han llegado son copias romanas, los originales griegos se han perdido.
Las figuras más representativas del siglo V a. C. son:
MIRÓN, broncista, busca las posturas más inestables, estudia el movimiento. Su obra más importante es El Discóbolo. Obra de bulto redondo que representa un atleta en el mismo momento que se prepara para lanzar el disco. Han desaparecido la sonrisa arcaica y los ojos almendrados. Evita la simetría.
POLICLETO, gran teórico de la escultura que formula un canon de proporciones perfectas. Entre sus obras se encuentran: El Doríforo, representa a un joven que porta una lanza en marcha acompasada, con movimiento armonioso. Éste está marcado con la fórmula del 'contraposto'. La figura gana profundidad al colocar el brazo izquierdo doblado produciendo un escorzo.
El Diadumeno, joven con los brazos levantados ciñièndose la cinta. Aparece el principio de articulación por el que se acentúan las líneas divisorias entre brazos y piernas, el borde inferior de los pectorales, la cintura y el pliegue inguinal.
FIDIAS, máxima figura de la escultura helénica. Da al clasicismo su forma más perfecta y matices más delicados. Es el principal coordinador y supervisor de la obra del Partenón. Fue conocido como el escultor de los dioses destacando el bulto redondo de Atenea Partenos. Esculpe el frontón, las metopas y los frisos del Partenón en los que destacan sus composiciones equilibradas, la anatomía delicada, los pliegues de los paños ceñidos al cuerpo.
Las figuras más representativas del siglo IV a. C. son:
PRAXÍTELES, compone formas suaves, bellas y proporcionadas. Se le atribuye la creación de la forma en "S", la llamada curva praxiteliana. Destacan Afrodita o Venus de Cnido primera representación de una divinidad femenina desnuda y Hermes con Dionisos niño, representa una escena. Textura muy pulida que sugiere una sensación de morbidez. Presenta un contraposto y el esquema en "S". Se desarrolla en sentido frontal.
SCOPAS, se interesa por los estados anímicos que se expresan mediante el patetismo de los rostros y las actitudes agitadas. Ménade furiosa, gran complejidad compositiva y sentido del movimiento.
LISIPO aporta un nuevo canon de proporciones caracterizado por el alargamiento de los miembros y la reducción de la cabeza. El Apoxiomeno bulto redondo que representa a un atleta de pie, desnudo con los brazos extendidos hacia delante. Rompe con todo frontalismo y se multiplican los puntos de vista. El claroscuro se advierte en la profundidad de los ojos y en la forma entreabierta de la boca, así como en el cabello.
PERIODO HELENÍSTICO (III-I a.C.)
Muestra un lenguaje variado y múltiple con presencia de elementos nuevos debido al contacto con Oriente. Se tiende hacia el realismo y la expresión del movimiento. Se abandonan los temas mitológicos. Desaparecen las grandes individualidades artísticas. Los clientes fueron personajes poderosos, monarcas, generales...
ESCUELA DE RODAS:
La Victoria de Samotracia (Museo del Louvre), obra de mármol que representa la victoria alada (NIKÉ). Gran naturalismo y movimiento. Poderoso claroscuro.
Laocoonte y sus hijos (Museos Vaticanos), grupo escultórico exento cuya escena coincide con un pasaje de la "Eneida" escrita por Virgilio. Destaca la composición piramidal y el sentido diagonal marcado por la figura central.
ESCUELA DE PÉRGAMO:
Galo moribundo (Museo Capitolino) grupo escultórico en el que se representa a los galos con toda dignidad. Naturalismo y patetismo.
Altar de Zeus en Pérgamo (Museo de Berlín) Altorrelieves cuyo tema es la lucha de los dioses y los titanes. Violento movimiento, ropajes agitados y profundo claroscuro.
Otras obras de la etapa helenística: "Venus de Milo", "El niño de la espina", etc.